Reina de Corazones - por Carmilla  

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-Entonces... son dos, tres... ¡Tres conquistas en dos semanas! - Mariana exclamó sorprendida – ¡Eso es un buen número, Sil!
Las chicas rieron divertidas. Quince días atrás, viajando hacia la costa, se desafiaron a robar corazones durante sus vacaciones para coronar, al final de las mismas, a la reina de ese verano.
-No festejen aún, es mi turno... –dijo Andrea poniendo sobre la mesa la caja donde guardaba sus trofeos –¡Cuatro corazones en mi cuenta!
Más risas y “trofeos” que se acumulaban sobre la mesa: ositos de peluche, cartas de amor, flores secas, invitaciones al cine...
Andrea estaba a punto de ser coronada, cuando Julia apareció en la sala, silenciosa, llevando un paquete en sus manos. Las chicas dejaron de reír, casi con desprecio y miraron a Mariana.
-¿Qué querían que hiciera? Mamá insistió en que la traiga – se excusó en voz baja, explicando la presencia allí de su taciturna hermana gemela.
Sin hacer caso al comentario, Julia se acercó a las demás y apoyó su paquete sobre la mesa. Lentamente y con la secreta esperanza de lograr que las demás la respeten, comenzó a desanudar cintas y separar bolsas plásticas. Finalmente llegó a la caja y la abrió.
-Uno... – dijo mostrando su primer trofeo.
El olor era insoportable y las chicas se alejaron asqueadas.
-Dos...
Mariana parpadeó, creyendo estar viviendo una pesadilla.
-Tres...
Andrea ahogó un grito y sintió que sus piernas le fallaban.
-Cuatro...
Silvia no pudo soportarlo y perdió el conocimiento.
-Y cinco. Creo que soy la reina de corazones – concluyó Julia, sonriendo.
Sobre la mesa, cinco corazones, cálidos y aún sangrantes constituían la prueba irrefutable de su soberanía.

This entry was posted on sábado, octubre 14, 2006 at 5:05 p. m. and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

3 comentarios

Reina de Corazones surgió cuando me di cuenta de que el terror moderno buscaba sangre de la cual nutrirse...
Pero como soy demasiado vieja como para cambiar, pero demasiado joven para rendirme no pude dejar de volver a mis raíces literarias y sostener tanta sangre con una historia.

10/17/2006 1:00 p. m.

Definitivamente, tiene un estilo Stephen King impregnado en cada palabra: los jóvenes como protagonistas y sus amistades y complicidades como eje argumental, el paisaje suburbano que podría ser cualquier barrio del Gran Buenos Aires como la mítica Maine de King, la narrativa directa que busca evitar pretenciones para centrarse en lo importante, el argumento... y el final abierto y oscuro de todo cuento de King. Me gustó... ¿se nota?

5/25/2007 7:29 a. m.

Ja, ja, ja! Si supieras lo que pienso de King...
Pero no importa, la intención es lo que cuenta.
Gracias, Pablo por todo! Gracias por tus "ángeles"!

5/31/2007 11:36 a. m.

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